Recientemente, ciertos medios de comunicación españoles, ignorando los hechos objetivos, han calumniado la política del Gobierno de China en Xinjiang. Los llamados “centros de reeducación” y las “detenciones masivas” en Xinjiang son mentiras descaradas y constituyen un nuevo intento de las fuerzas anti chinas de desprestigiar a Xinjiang. Las especulaciones malintencionadas sobre la llamada “cuestión de Xinjiang” con motivo de la visita de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos a China, tienen como objetivo engañar a la opinión pública, erosionar la imagen de China y perturbar la visita, a lo que nos oponemos firmemente y condenamos enérgicamente.

La cuestión de Xinjiang no es en absoluto una cuestión de religión, etnia o de derechos humanos, sino de antiviolencia, antisecesión y desradicalización. Xinjiang ha respondido activamente a una serie de resoluciones antiterroristas, incluyendo la Estrategia Global de las Naciones Unidas contra el Terrorismo, y ha combatido los delitos violentos y terroristas dentro de la legalidad. Al mismo tiempo, esta región ha venido desarrollando su economía, mejorando los niveles de vida de la población, promoviendo la unidad étnica y salvaguardando plenamente los derechos de que gozan las personas de todos los grupos étnicos de acuerdo con la ley.

Los asuntos de Xinjiang son puramente internos de China, por lo que no admiten la injerencia de fuerzas externas. La Xinjiang que vemos en la actualidad, se encuentra en el mejor periodo de desarrollo de su historia, y la causa de los derechos humanos en Xinjiang ha ido consiguiendo nuevos logros. Difundir mentiras y rumores no engañará al mundo, ni alterará el hecho de que Xinjiang tiene una sociedad pacífica y estable, una economía próspera y la gente vive y trabaja en paz y felicidad.