El Embajador Yao Jing publicó un artículo en el Periódico de España
2025-02-27 11:55

    El 26 de febrero de 2025, el Embajador de China en España, Yao Jing, publicó un artículo titulado «No hay margen para la ambigüedad en la Resolución 2758 de la Asamblea General de las Naciones Unidas» en el Periódico de España, presentando detalladamente la Resolución 2758 y el principio de una sola China que encarna. El texto íntegro es el siguiente:



En los últimos años, unas fuerzas malinterpretan maliciosamente la Resolución 2758 de la Asamblea General de la Naciones Unidas (ONU), difunden falsedades diciendo que dicha Resolución no ha resuelto el estatus de Taiwan, envalentonan e incitan las actividades secesionistas en pos de la “independencia de Taiwan”, causando graves efectos negativos a la paz y la estabilidad en el Estrecho de Taiwan. Aquí, me gustaría repasar junto con todos ustedes la Resolución 2758 y el principio de una sola China que encarna, para aclarar los hechos.

En la 26ª Asamblea General de la ONU, 23 países representados por Albania y Argelia formularon un proyecto de resolución en el que se reclamaba la recuperación de todos los derechos legítimos de la República Popular China en la ONU y la expulsión inmediata de Taiwan, el cual se aprobó por mayoría abrumadora. La Resolución 2758 es el resultado de la aprobación de este proyecto. Según establece esta Resolución, hay que “recuperar todos los derechos de la República Popular China, reconocer que el representante de su gobierno es el único representante legítimo de China en las Naciones Unidas y expulsar inmediatamente al representante de Chiang Kai-shek del escaño ilegalmente ocupado en las Naciones Unidas y sus organismos subordinados”.

En calidad de un documento político que encarna el principio de una sola China, la Resolución 2758 es jurídicamente vinculante, no acepta ninguna malinterpretación ni desafío. Tanto los hechos históricos, como el proceso de negociación de dicha Resolución y las prácticas internacionales han puesto de manifesto que, el principio de una sola China es un consenso universal de la comunidad internacional y una norma básica en las relaciones internacionales, mientras que la Resolución 2758 ha bloqueado por completo cualquier intento de cualquier individuo, país o fuerza de crear “dos Chinas” o “una China, un Taiwan”.

Partiendo de los hechos históricos, Taiwan forma parte de China desde tiempos antiguos. Las primeras referencias a esta región se encuentran en el Seaboard Geographic Gazetteer (Registro Geográfico del Litoral), compilado en el año 230 d.C. durante el período de los Tres Reinos. Desde las dinastías Song y Yuan, todos los gobiernos centrales imperiales de China establecieron instituciones administrativas para ejercer jurisdicción sobre las Islas Penghu y Taiwan. En julio de 1894, Japón desató una guerra de agresión contra China, por lo que, en abril de 1895, el derrotado gobierno de la dinastía Qing se vio obligado a ceder Taiwan y las Islas Penghu a Japón. En diciembre de 1943, la Declaración de El Cairo, emitida por China, los Estados Unidos y Gran Bretaña, manifestó el propósito de que Japón devolviera a China todos los territorios robados, incluyendo la región del noreste, Taiwan y las Islas Penghu de China. En julio de 1945, China, los Estados Unidos y Gran Bretaña firmaron conjuntamente la Declaración de Potsdam, a la que se sumó la Unión Soviética posteriormente, reiterando que los términos de la Declaración de El Cairo deberían ser implementados. En septiembre del mismo año, Japón firmó el Acta de Rendición de Japón con el compromiso de cumplir fielmente todos los deberes estipulados en la Declaración de Potsdam. Estos documentos, con efecto legal internacional, forman parte del orden internacional tras la Segunda Guerra Mundial. En octubre del mismo año, el Gobierno de China anunció que reanudaba el ejercicio de la soberanía sobre Taiwan, y la ceremonia para aceptar la rendición japonesa en la provincia de Taiwan del teatro de guerra chino de las potencias aliadas se celebró en Taibei (Taipei). A partir de ese momento, China recuperó a Taiwan "de iure" y "de facto".

Partiendo del proceso de negociación de dicha Resolución, antes de la aprobación de la Resolución 2758 en la 26ª Asamblea General de la ONU, ya habían sido rechazados dos proyectos que, respectivamente, apostaban por la representación de “dos Chinas” y “una China, un Taiwan” en la ONU. Esto significa que, justamente con la premisa de reconocer Taiwan como parte de China, la ONU devolvió el escaño y la representación de toda China, incluido Taiwan, al Gobierno de República Popular China. El alcance territorial de China, como sujeto de derecho internacional, nunca se ha visto afectado, mientras que el estatus de Taiwan como parte de China nunca ha cambiado. La Resolución 2758 refleja los propósitos y principios de la Carta de la ONU, y solventó completamente la cuestión de representación de China en la ONU desde las perspectivas política, jurídica y procesal. Al mismo tiempo, dejó en claro que China tiene un solo escaño en la ONU, y no existen “dos Chinas” o “una China, un Taiwan”. La representación de China en la ONU, sin duda ninguna tiene a Taiwan incluido.

Partiendo de las prácticas internacionales, en todos los documentos oficiales de la ONU se hace referencia a Taiwan como “Taiwan, provincia de China”. La opinión jurídica por parte de la Oficina de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de la ONU también destacó: “La ONU sostiene que Taiwan como una provincia de China no tiene estatus independiente. Las autoridades de Taiwan no gozan de ninguna forma de estatus gubernamental.” Durante muchos años, la ONU y sus organismos subordinados u otras organizaciones internacionales y regionales, han seguido el principio de una sola China al abordar la cuestión de Taiwan. En el mundo actual, hay 183 países que han establecido relaciones diplomáticas con China sobre la base de este principio. Todo ello demuestra plenamente que el principio de una sola China, además de ser un consenso universal de la comunidad internacional y una norma básica en las relaciones internacionales, también representa la aspiración de los diversos pueblos y la justicia internacional.

China y España, desde el establecimiento de las relaciones diplomáticas, persisten en respetar la soberanía e integridad territorial de la otra parte, mientras España siempre se adhiere al principio de una sola China, asentando una importante base política para la vinculación bilateral. Este año marca el 20° aniversario de la Asociación Estratégica Integral China-España. A partir de este nuevo punto de partida histórico y con adhesión a las aspiraciones originales, caracterizadas por el respeto mutuo y el trato igualitario, del establecimiento de las relaciones bilaterales, la parte china está dispuesta a trabajar junto con la parte española, defender en conjunto los propósitos y principios de la Carta de la ONU, salvaguardar la autoridad y eficacia de la Resolución 2758 y forjar una relación estable y duradera China-España con certidumbre estratégica, en beneficio de ambos países y pueblos.


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